El perseverar en el silencio. 
 Al perseverar en la Oración de Jesús, la mente alcanza un estado de dulce tranquilidad y paz... Mientras más lluvia cae sobre la tierra, más suave se vuelve; de la misma manera, cuanto más invocamos el santo nombre de Jesús, más alegría y felicidad desciende a la tierra de nuestro corazón. Cuando el sol sale sobre la tierra, se vuelve luz; cuando el glorificado y santo nombre de nuestro Señor Jesucristo brilla sin cesar en la mente, nacen innumerables pensamientos, brillando como el sol. San Hesiquio Sinait
 
 
 
 
 
 
  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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