*Domingo 22 de diciembre de 2024 / 9 de diciembre de 2024*
*26º Domingo después de Pentecostés.*
*Efesios 5:8-19*
8. Porque en otro tiempo eran tinieblas, pero ahora son luz en el Señor. Caminen como hijos de luz,
9. porque el fruto del Espíritu está en toda bondad, justicia y verdad,
10. comprobando lo que es agradable al Señor.
11. Y no participen en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien repréndanlas.
12. Porque es vergonzoso aun hablar de lo que ellos hacen en secreto.
13. Pero todas las cosas, cuando son expuestas por la luz, son hechas manifiestas, porque todo lo que se manifiesta es luz.
14. Por eso dice: "Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y Cristo te iluminará."
15. Miren, pues, con cuidado cómo andan, no como necios sino como sabios,
16. aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.
17. Por tanto, no sean insensatos, sino entiendan cuál es la voluntad del Señor.
18. Y no se embriaguen con vino, en lo cual hay disolución, sino sean llenos del Espíritu,
19. hablándose entre ustedes con salmos, himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en sus corazones.
*Lucas 17:12-19*
12. Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, que se pararon de lejos.
13. Y alzaron la voz, diciendo: "¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!"
14. Cuando Él los vio, les dijo: "Vayan, muéstrense a los sacerdotes." Y sucedió que mientras iban, fueron limpiados.
15. Entonces uno de ellos, al ver que había sido sanado, volvió glorificando a Dios a gran voz,
16. y se postró rostro en tierra a los pies de Jesús, dándole gracias; y este era samaritano.
17. Respondiendo Jesús, dijo: "¿No fueron diez los que fueron limpiados? ¿Dónde están los nueve?
18. ¿No hubo quien volviera y diera gloria a Dios, sino este extranjero?"
19. Y le dijo: "Levántate, vete; tu fe te ha salvado."
*Comentario*
San Pablo nos llama a vivir como hijos de la luz, rechazando las obras de las tinieblas y manifestando en nuestras vidas los mismos valores del Evangelio, verdad, vida y amor. Este camino no es solo una negación del mal, sino una afirmación de lo eterno, a lo que pertenecemos, guiada por la sabiduría que surge del Espíritu. La luz de Cristo nos despierta del sueño del mundo y nos llama a movernos con propósito, redimiendo el tiempo que tenemos en esta tierra y glorificando a Dios.
En el Evangelio, la curación de los leprosos denuncia nuestra ingratitud. Solo uno regresa, reconociendo en Cristo al Salvador. La fe verdadera no solo recibe; responde, alaba y glorifica. Sin glorificación, la fe es cadáver, no tiene corazón.
Archimandrita Gregori
Misión San Tikhon – Ciudad de Buenos Aires
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