*Texto Diario para Reflexionar...*
*_Cómete este rollo y después vete a hablarle a la casa de Israel (Ezeq. 3:1)._*
Ezequiel tenía que asimilar por completo el mensaje que debía anunciar. Ese mensaje tenía que llegar a ser parte de él; debía influir en sus sentimientos más profundos. Entonces ocurrió algo inesperado. Ezequiel descubrió que el rollo “era tan dulce como la miel” (Ezeq. 3:3).
*¿Por qué?*
Porque, para él, el honor de representar a Dios era algo dulce o agradable (Sal. 19:8-11). Estaba muy agradecido de que Dios lo hubiera escogido para ser su profeta. Más tarde, El Señor le dijo a Ezequiel: “Escucha y acepta en tu corazón todas las palabras que te digo” (Ezeq. 3:10). El Señor le estaba diciendo que tratara de recordar las palabras escritas en el rollo y que meditara en ellas. Eso alimentaría la fe de Ezequiel y dejaría claro en su mente el poderoso mensaje que debía llevarle a la gente (Ezeq. 3:11). Con el mensaje de Dios en su boca y en su corazón, el profeta estaba listo para empezar a predicar y cumplir su misión.
Padre Vasily.
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