NOVENA DE NAVIDAD
del libro de María Inés Castro-Irene Rosa Klein, Resignificando la Navidad,
Editorial Guadalupe 2022, cap3, páginas 53 a 75.
A.M.E.S. Guadalupe
OCTAVO DÍA 24 DE DICIEMBRE
LA INTELIGENCIA
Hoy queremos llevar al pesebre nuestra inteligencia. Queremos, al igual que los tres Sabios de oriente, volver a descubrir las señales de Dios en nuestra vida.
Al hablar de los Sabios de oriente, hablaremos de la inteligencia como sabiduría, ya que la sabiduría es una inteligencia experiencial. Y el origen etimológico del concepto de inteligencia hace referencia a quien sabe elegir: la inteligencia posibilita la selección de las alternativas más convenientes, para la resolución de un problema. Entonces, de acuerdo a la etimología, somos inteligentes cuando somos capaces de escoger la mejor opción, entre las posibilidades que se nos presentan.
En el campo de la espiritualidad, somos inteligentes cuando somos capaces de entender los misterios de Dios y descubrir sus huellas en la naturaleza y en nuestra vida. Nuestra inteligencia nos ayuda a reconocer las señales que Dios nos deja y elegir el camino que nos lleva a Él, por eso, hemos asociado a los Sabios de oriente con la inteligencia.
Contaban con lo mismo que disponemos nosotros para darse cuenta que nació el Mesías: tenían la naturaleza y los Libros Sagrados. Supieron unir las señales del universo, con las profecías que conocían y emprendieron el viaje, para rendirle culto a Dios.
Una vez que entendieron la señal, no dudaron, ni siquiera ante la realidad: una familia humilde y el niño en un establo. Su mente estaba enfocada en lo que reconocieron como señal, la estrella, y lo que conocieron de las Sagradas Escrituras.
Nuestra mente a veces está demasiado preocupada, dispersa y con exceso de información. Confiemos más en las señales que Dios nos da, de diferentes maneras y confiemos en su Palabra. Leámosla, observemos contemplativamente la vida y sepamos unir las señales y la Sagrada Escritura.
ORACIÓN
Padre Bueno, te pido la gracia de crecer en la INTELIGENCIA ESPIRITUAL, que me permita saber elegir siempre el camino que me lleve a Ti.
Jesús, te reconozco como mi Salvador, en tu frágil imagen del niño y al igual que los Sabios de oriente, te adoro y te ofrezco lo mejor que tengo.
Espíritu Santo, defiéndeme de la insensatez de no emplear toda mi inteligencia en buscarte.
MOMENTO DE CONTEMPLACIÓN
Cierro los ojos y visualizo los Sabios de oriente, focalizados en la señal del cielo, la que siguieron por varios días. Los veo llegar y reconocer a Jesús en el niño recostado en un pesebre.
Me silencio más y me conecto con mi deseo de buscar a Dios siempre en todo y en todos. En una amorosa atención, mi alma se arrodilla frente al misterio de la Encarnación.
GESTO
Al colocar en el establo el símbolo o las imágenes de los tres Reyes de oriente, renovemos en nosotros la facultad de interpretar y seguir las señales que Dios nos deja en su Palabra y en la naturaleza.
 
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